La Generalitat se ha olvidado otra vez del ocio educativo en las nuevas medidas COVID-19 anunciadas el pasado jueves, 25 de febrero, en las cuales se mantienen las restricciones que impiden la realización de estas actividades.
La última resolución de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública mantiene la prohibición de actuación para las entidades de educación no formal y deja paralizado el proceso educativo de casi 35.000 niños, niñas y adolescentes y la tarea de más de 5.000 personas jóvenes voluntarias en la Comunitat Valenciana.
Además, la resolución hace uso del término «centros de ocio juvenil», en lugar de emplear «ocio educativo», lo cual genera incertidumbre y confusión, puesto que la primera denominación utilizada por Sanidad no aparece en ningún documento oficial o legislación en materia de juventud. Necesitamos que se clarifique la situación del sector.
La educación no formal es un espacio seguro frente a la COVID-19 y una herramienta esencial en la contención y prevención de contagios, igual que lo es la educación reglada, y por tanto exigimos un trato igualitario.
Pedimos la aprobación de unos protocolos que regulen de manera uniforme la actividad de todas las entidades y que garanticen la seguridad de todas y todos. En el CVJ, junto con nuestras entidades de educación no formal, hace meses que trabajamos en estos protocolos, pero desgraciadamente, después de varios contactos con la Administración, no hemos recibido la suficiente atención por parte de la Conselleria de Sanidad para su aprobación.
El CVJ siempre ha defendido un modelo de educación integral, donde formal y no formal se complementan para ofrecer una formación completa a los niños, niñas y adolescentes en valores y conocimientos. Y ahora, en tiempo de pandemia, continuamos defendiéndolo.
Hay que recordar que el acceso al ocio educativo es un derecho de la juventud reconocido en el artículo 68 de la Ley 26/2018, de 21 de diciembre, de la Generalitat, de derechos y garantías de la infancia y adolescencia y que son las administraciones públicas, tal como dice la norma, las encargadas de promoverlo, garantizar el acceso y apoyar a las entidades que llevan a cabo las actividades.
La pandemia de la COVID-19, con la restricción de las relaciones sociales y las actividades de ocio, es la oportunidad perfecta para apostar de manera decidida por el ocio alternativo, una oportunidad que se está dejando pasar por parte de los poderes públicos.
El ocio educativo contribuye de manera esencial en el desarrollo personal y social de la juventud y es un apoyo crucial para niños, niñas y adolescentes en momentos tan duros como los que estamos viviendo.
Por este motivo, pedimos a la Generalitat que valore nuevamente la situación de las entidades de educación no formal, que las haga partícipes del proceso de decisión sobre las cuestiones que les afecten y que permita el desarrollo de estas actividades de manera segura.